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OPT-ART
Arte que irradia OPT-imismo

Con motivo de mi 70 cumpleaños muestro el 3 y 4 de diciembre de 2005, en el Centro Cultural Zwicky en Fällanden, una selección de nuevos y viejos cuadros, bajo el lema «Arte OPT-ART, el arte que irradia OPT-imismo».

En los más de treinta años de actividad como arquitecto y después de realizar diferentes cursos de dibujo, artes gráficas y de Air-brush me he ido perfeccionando permanentemente en el manejo de proporciones, colores y materiales.

Cuando empiezo con un cuadro intento canalizar ciertas ideas, pero mi mano es conducida en esencia por la improvisación, los complementos, correcciones y sorpresas en la mezcla y aplicación de los colores. Durante las muchas horas de minuciosa elaboración puramente técnica tengo tiempo, no sólo para meditar sobre mi propia obra y sus posibles resultados sino también sobre muchos aspectos del arte en general. Como pintor me veo hoy en medio de una escena artística compleja y caótica, dominada por el escándalo y por artistas ávidos de sensaciones, que atraen sobre sí la atención a través de obras provocativas y brutales. Yo, en cambio, intento emitir OPT-imismo y causar alegría.

Con cada uno de mis cuadros tengo mi propia relación crítica. Cada uno tiene su propia aura, este aura, según sea el entorno, la luz y el propio estado de ánimo, o deja reconocerse de una manera clara o apenas deja definirse. Yo renuncio a ingredientes místicos, pseudofilosóficos o de psicología profunda, aunque pueden serme atribuidos. Con independencia de todo esto, ya se crea o no, en mis pinturas todos los colores, formas y los caracteres gráficos tienen un significado simbólico: El azul es por ejemplo el color de lo divino, de la fidelidad, de la pureza, rojo es el color del fuego, del amor, del calor y verde es el color del cambio y de la esperanza. A primera vista todas las cualidades son positivas, pero cada color trae consigo también contenidos simbólicos negativos. «Estar azul» quiere decir, en alemán, perder la razón por estado de embriaguez. El rojo suele simbolizar destrucción, guerra y odio o verde se mantiene por veneno. Los estímulos para reflexionar pueden trasmitirse así de manera sutil y no sólo por impacto.

El ser de una obra consiste, a pesar de la variedad de la expresión artística, en la claramente reconocible marca personal. En la composición del cuadro me desvío a menudo de la tradicional focalización de un punto medio. Sujetos y motivos van más allá del marco del cuadro y deben estimular al observador, quien ya se imagina, él mismo, la continuación fuera de ese marco. Espero que mi amor por la música, en particular por el jazz, se refleje también, en ritmos casi audibles, en la dinámica de mis cuadros. Textos escritos a manos, caracteres gráficos extranjeros, caligrafía y sellos señalan mi admiración por otras culturas y contribuyen al mensaje de la imagen.

La renovada fábrica Zwicky, una nave de casi 900 metros cuadrados con una maravillosa claraboya, es el centro cultural del municipio donde vivo. Aquí ya he participado en diferentes actos, algunos de ellos organizados por mí. Se trata de un lugar, un entorno donde mis cuadros consiguen resaltar óptimamente.

Nik Streiff
Julio 2005

Nacido el 3 de febrero de 1935 en Zúrich
1956-1962 estudio de arquitectura en la ETH
1963-1990 trabaja como arquitecto tanto en Suiza como en el extranjero, a partir de 1992, primera exposición como pintor
2001 gran exposición individual en Singapur.
2004 estancia en Tesino para estudiar pintura. Durante este tiempo viaja siempre de nuevo alrededor del mundo



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